Crónica de la crisis nacional.
Lic. Abel Vergara López - Abogado.
Ciudad de Panamá, domingo 1 de junio de 2025.
Transcurrido un mes de protestas a nivel nacional y faltando un mes para cumplir su primer año en el poder, el gobierno “con paso firme” lejos de poder solucionar la crisis, no logra evitar que se agudice cada vez más y las consecuencias, las pagan quienes intentan salir adelante, sin importar ya si llegará o no algún día, el tan esperado “Chen Chen”.
Desde ambas fronteras nacionales, los hoy llamados “originarios” mantienen vías cerradas al paso vehicular. Las comarcas Emberá en Darién y los Ngäbe en Bocas del Toro, no muestran ninguna confianza en sus autoridades nacionales. El recién declarado Estado de Emergencia, parecía que lograría la reapertura parcial de vías cerradas. Recordemos como una crisis similar obligó a la empresa bananera a retirarse ahora de Changuinola, tal como ya ocurrió en Chiriquí, hace algunos años y de lo que ahora solo queda un pueblo fantasma en la región del Barú.
Los actuales cierres de vías en la carretera Interamericana hacia Darién, ocurren con la tan criticada y perjudicial practica anti-ambiental de tala de árboles, lo que impide el acceso desde y hacia esa productiva región, creando un riesgo alimentario similar al que también padece la provincia bocatoreña, al quedar quienes tenían una fuente de empleo, ahora sin acceso terrestre, algo que los comerciantes temen quedar pronto en una situación muy similar a la ocurrida con la pandemia (2020). La posible reapertura de la empresa minera es otro motivo de preocupación y el posible embalse en Rio Indio (Coclé), como solución a la falta de agua, necesaria para el eficaz funcionamiento del Canal de Panamá.
Y a quién beneficia, o más bien, a quiénes realmente perjudican las protestas callejeras. Luego de un trimestre, algunos colegios sin recibir clases llegan al medio año académico. Educadores sin recibir pago. Trabajadores y proyectos de construcción paralizados. El daño realmente es para quienes no apoyan los cierres de vías y rechazan las protestas de una llamada huelga, que no logrará que se derogue una ley aprobada por mayoría legislativa. Beneficiarios, únicamente quienes pescan en rio revuelto. El intento por derrocar al gobierno, será esa realmente la finalidad de los manifestantes. Algunos han presentado un proyecto de revocatoria de mandato ante el Órgano Legislativo, pero ¿será esa la solución?
Y en medio de esta confusa situación, un expresidente sale del país, logra evadir una condena judicial y se burla (una vez más) de la justicia. Un dirigente sindical sigue a la espera de un salvoconducto, refugiado en una sede diplomática, alegando también “persecución política”, mientras que otros dirigentes son encarcelados por supuestos delitos cometidos durante la gestión en su gremio sindical y denunciados por sus propios compañeros. La fuerza con la que los agentes policiales reprimen las protestas, ha logrado que el apoyo a su movimiento aumente y el gobierno parece estar acorralado, al no lograr un acercamiento que ponga fin a la crisis.
La falta de credibilidad y polarización de fuerzas, lo único que logran es la posibilidad de que el actual gobernante norteamericano, quien en reiteradas ocasiones ha amenazado con tomar el control del Canal, finalmente cumpla su deseo al ver que no somos capaces de mantener el orden: la inseguridad creciente y con esta crisis el aumento del desempleo a dos dígitos (10%). Hay que deponer actitudes intransigentes y pensar en nuestro país y que futuro nos espera, si no cambiamos el rumbo que llevamos.