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OPINIÓN

Dr. Elbert Huerta, profesor de la Universidad George Washington, facultad de medicina: "Que la política, no aplaste la ciencia". Tampoco los intereses económicos (agregado nuestro).

Por Ramiro Guerra. Jurista y cientista político).
Junio de 2023.

El Dr. Elbert Huerta, profesor de la Universidad George Washington, facultad de medicina y su frase "Que la política, no aplaste la ciencia", no deja de tener razón. Varios centros de investigación científica han sido mediatizados por la máscara de la política.

No es ciencia la que mediatiza las libertades y sobre todo el derecho a pensar y disentir. Son las relaciones y correlaciones de poder, que anulan democracias y enervan garantías individuales y sociales.

En este contexto tengo derecho a dudar y criticar; a disentir. Soy de profesión estudioso del derecho, en su perspectiva trilateral. 

Con Federico Engels, aprendí que al derecho no se le puede observar y analizar sólo desde una perspectiva apriorística. No es un dato como escribe Pavoni, una revelación divina como lo fue la revelada desde la montaña divina del Sinaí. De allí la frase sabia que al derecho preceden los hechos.

Los hombres de superestructura, están formados en este tipo de ideologizaciones. No penetra al Estado, se queda en el fenómeno y desde esa perspectiva, la esencia siempre se mantendrá oculta.

En consideración a lo anterior, tengo mis dudas si la decisión de «todo mundo a la calle» , a partir del lunes, ha sido la más acertada. Lo que he denominado el efecto ruleta rusa.

La ciencia no puede jugar al azar o a tirar los dados. Sus decisiones tienen que ser científicas y más cuando se trata del bien más preciado, la vida.

Tal ves con algo de razón, pero no nos vengan post festum, con la excusa que la culpa corre por cuenta exclusiva del pueblo. El efecto «manada de búfalos» era previsible o no.

El desenlace de este dilema de seguro que nos llevará a lo que Hugo Grocio denominaba conflictos intersubjetivos, llevados al plano del conflicto jurídico. 

Las conductas no son solo eso, pueden trascender a la esfera jurídica. Y con más razón cuando existe el deber jurídico de tutelar bienes esenciales.

No se trata de desconfiar y sembrar miedo en la gente, sino que, en el trabajo de campo, quede demostrado lo que a diario nos decían y dicen las autoridades, todo se ha hecho  acorde a las directrices de la mesa de los científicos.

DIOS BENDIGA A LOS PANAMEÑOS. Como decían los romanos, Alea iacta est  La suerte está echada.