El argumento ad homine. Ataca al hombre , no lo que escribe y piensa. Propio de la retórica insensata y del intercambio improductivo.
Por Ramiro Guerra M.
Abogado y cientista político.
Fundamentamismo y dogma, caminan junto agarrado de las manos. El planeta tierra es cuadrado y de seguro, que la contraparte te dirá, oye si eres bruto. Lo correcto en ese diálogo, contraarmenta con base científica y pruebas que la tierra no es cuadrada, sino redonda. Cuando escribo y afirmo algo, espero que me digan , estás equivocado y renglón seguido, me dices el porque estoy equivocado. Hay que partir, que la razón tiene límites;suele ser mas aprióstica en lo que al saber y el conocimiento se refiere. La teoría del conocumiento opera de otra manera, parte de lo concreto a lo concreto abstracto para terminar en lo concreto pensado. Los fundamentistas, dogmáticos operan con el concepto de única razón y verdad. Si afirmo algo, ataca o contraargumenta lo que afirmo; pero no ataque al yo o la persona, no importar el pronombre en su conjugacion, sea singular y o en plural.
En nuestro medio se es muy dado, no a combatir e impugnar ideas, opiniones, sino descalificar al que las escribe o piensa. El ataque a la persona, es el recurso del cual se valen, los sin argumentos. Solemos navegar en un ambiente de díalogos esteriles y nada edificante. La estupidez, la insensatez, los fundamentalistas, la verdad única e irrefutable, tiene sus adeptos y seguidores. Algunos son asalariados de esta forma de pensar y actuar. Hago esfuerzo para no caer en las trampas de este tipo de intercambios.