El clientelismo y las necesidades de un pueblo sumergido en necesidades.
Por Ramiro Guerra M.
El gobierno nacional anuncia que regalará mas de un millón de jamones en navidad a la población mas golpeada del país. No criticaré la acción en si misma y sobre todo porque se lo duro ver llegar diciembre y no tener en la mesa algo para comer y los niños son los mas sufridos. Sin embargo, no significa en lo concreto, de una clara práctica de clientelismo electoral. Esto se recrudecerá en el proxímo año. Instrumentalizar las necesidades del pueblo para amarrar y cazar votos.Una afrenta al pueblo que aspira mas que eso y no ese tipo de dadivas que hieren la dignidad humana. Decirle a un panameño que no lo coja, sería algo injusto. Toménlo pero con la conciencia de que esta no se vende.
Estamos viendo la punta del icerberg de lo que traerá el proceso electoral. Será un pantano de agua servida el tinglado donde se desenvolverá la contienda electoral. Los golpe sucios ad homine serán la nota dominante.Trapos sucios se recrearán y así veremos como nos montan el circo. Quisiera equivocarme. Ojala de esta fiesta de carnaval politiquero, surja algún destello de luz de esperanza. Claro que en el país hay gente que ven la política como el arte de servir y no servirse del estado. Que piensan y actuán con una conciencia de patria. Yo juzgo por lo que hoy veo. Nada serio y positivo. La porquería está arraigada en los colectivos partidarios y son parte y complíce de cuanta inmoralidad desdee hace buen rato , han sumergido el país a un grado de degradación, que nos recuerda a los tiempos antes de 1968. Politicos que son estudiantes reprobados, repiten e insistin en repetir en sus afanes polítiqueros. Vemos a muchos de ellos, colocándose en la gatera de un hipódromo, anunciando sus pretenciones a la presidencia del país.
No veo alternativa, a menos que de la matríz de algunos de esa canallas partidarias, salga que pida y relegue al desierto del sahara las ambiciones de oportunistas y arribista que controlan y dominan esas toldas partidarias o que de la crisis emerja un destello de luz y esperanza de redención popular y patriótica.