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OPINIÓN

 

EL JOROBADO, JOROBADOR

Por: Dra. Edilia Camargo 

“Elije a algunos hombres y sal a combatir a los amalecitas. Mañana, yo me colocaré en lo alto del monte con la vara de Dios en mi mano.”

Libro del Exodo...17, 8-13

 

La figura del Amalec bíblico, confieso que me dejó siempre indiferente. Hasta ayer, cuando un joven sacerdote lo ha presentado como la encarnación de lo odiado . Representaba todo lo que para “los elegidos", podía traducirse como espejos ( a lo Lacan) de su propia debilidad. Odio a ser débil. O a lo débil...

Lo increíblemente metafórico es que, dicho sentimiento destructor, formara parte de la identidad tanto de odiadores, como de odiados...Al punto de que se hiciera necesario meter en la pelea, una fuerza adicional ... dos pares de brazos...para mantener en alto a la “vara de Dios”, símbolo de la victoria de debilidades habidas y por haber.

Lo traigo aquí, algo arrastrado por los cabellos, al intentar cruzar la mirada, desde la guerra a los Amalec de todos los tiempos, hasta topar con el personaje mítico del “jorobadito” - Bucklicht Männlein- invocado por Hannah Arendt , a propósito de Walter Benjamin. (Vidas Políticas, 1974)

Acabamos de celebrar a Arendt el pasado 14 de octubre, fecha de su nacimiento. Fue la ocasión propicia para abrir el Capítulo Panamá, de Mujeres filósofas , presidido por la Dra. Ela Urriola. De la Academia Panameña de la Lengua. 

La Cita filosófica contó con Karina Pedace, presidenta de la Red Latinoamericana de Mujeres Filósofas . Bajo el paraguas de la Red Internacional de Mujeres Filósofas, patrocinada por UNESCO, y coordinada en sus inicios, por Barbara Cassin, de la Academia francesa de la lengua. Filósofa.

Arendt no presentará al “jorobado” atado a la vida de Benjamin..hasta su muerte, como encarnación de odio. Sí de debilidad, sinónimo de torpeza, ligada a un perpetuo jorobar, para hacerlo caer. En ridículo. O en definitiva, hacer de Benjamin, el torpe personaje que asumió ser. Hasta su suicidio un 26 de septiembre de 1940, antes de cruzar en su ruta hacia Estados Unidos, la frontera franco española. Cerrada, por pura casualidad, ese día. 

Quiero volver sobre el “odio a lo débil”, ligado a una identidad. Jodida..Odiada, que pompeo de la lectura del capítulo que Arendt le consagra a Walter Benjamín in Op Cit. Dividido en tres partes. El jorobado.. Tiempos sombríos y el Pescador de perlas. Lo llevará HA de la mano, para que lo veamos asumir montañas de ruinas de una humanidad, dividida binariamente y marcada por una cierta “torpeza” aceptada, como destino.

En su reportaje sobre Eichmann en Jerusalén , Arendt lo subrayará con mayor fuerza , al gritar de exasperación no entender, cómo ese mismo “pueblo elegido”, dejó de creer en su destino rebelde .No entiende por qué bajaron los brazos – dejan caer la “vara de Dios” - frente...a la “banalidad del mal “. Aceptaron la muerte, como corderos que llevan , a unas cámaras de gas. ..¿ Por qué no pelearon.. ..esos que lucharon cuerpo a cuerpo con el mismo Dios? ¿ Acaso no eran los mismos? ..Lo dejo aquí..

Termino preguntando... ¿Hasta qué punto la guerra abierta en contra de las mujeres, el borrado de su bios..dimensión de una vida que existe ..presente y en persona, desde la niñez hasta la vejez, no tiene muchísimo que ver con ese “odio a lo débil”. Pura contingencia de una y la misma identidad de seres humanos? Y ¡ Ojo ! No es un asunto de “patriarcados”..

Cuesta aceptar que se nos cargue a las mujeres y sobre todo a las viejas, el peso del odio a la debilidad, que cobija nuestra propia humanidad, de seres creados.

 ¡Ganas de jorobar!