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OPINIÓN

La encrucijada istmeña.

Lic. Abel Vergara López – Abogado.

Panamá, domingo 10 de julio de 2022.

Inicia la segunda mitad del año con numerosas protestas y cierres de calles a nivel nacional, mientras en la Asamblea de Diputados la reelecta junta directiva celebra con el más fino licor, pagado con los impuestos de la población que intenta sobrevivir la asfixiante situación económica, ocasionada por los incesantes aumentos de precios del combustible y alimentos. Entretanto, el Ejecutivo propone la eliminación de subsidios que justamente intentan mantener a la población sosegada como alternativa a la crisis, sin desmejorar la excesiva cantidad de privilegios de los que disfrutan. En un lejano país de oriente, una multitud en Sri Lanka se tomó la sede presidencial y su gobernante apenas logró escapar del inminente tsunami de manifestantes. Si algo similar llegara a ocurrir en nuestro país, seguramente la nueva terminal del aeropuerto de Tocumen se quedaría pequeña para la gran cantidad de políticos tratando de encontrar algún destino donde puedan continuar disfrutando su apacible estilo de vida. 

El presidente anuncia que padece una enfermedad que lo aleja del cargo y se especula quién lo reemplazaría ante una eventual vacante o si el actual vicepresidente dejará que alguien más se haga cargo, para no inhabilitarse ante una eventual candidatura presidencial oficialista. La campaña electoral del 2024 sigue su marcha y sobresalen participantes por libre postulación exmiembros de partidos políticos. Debería ser hora de imitar el buen ejemplo de otras latitudes, para evitar que nuevamente tengamos en el Palacio de las Garzas a cualquiera que logre un 30% de los votos, como ocurre actualmente ante la eventual numerosa cantidad de aspirantes. El reciente ejemplo colombiano es la muestra de lo que puede ocurrir cuando la población elige a cualquiera que crean pueda ayudarles. Esperemos realmente por nuestros vecinos que así sea.   

Los altos niveles de desempleo y endeudamiento público, será apenas parte de lo que tendrá que enfrentar quien llegue a gobernar el país, producto del evidente despilfarro de recursos estatales que contrasta con la falta de medicamentos para la población, mientras abundan ingresos para allegados como la rectora de la universidad estatal chiricana, que celebran con fondos públicos sin ninguna vergüenza. Somos una población tan alegre, que acudimos a cada manifestación al ritmo de nuestra música típica. Esperemos no se nos agote la paciencia, ya que los cierres continuos y prolongados de vías, lejos de afectar al gobierno los beneficia, mientras sigamos utilizando combustible y pagando su elevado costo. El cierre de la vía interamericana en el área comarcal lleva varios días y los afectados comienzan a desesperarse, como puede apreciarse en las redes sociales. Será que alguien le avisa al gobierno, que ya estamos ante una explosión social: productores agrícolas, transportistas, educadores, universitarios, médicos. Lo que sucedió al primer ministro de Inglaterra, es un claro ejemplo de lo que ocurre cuando la impaciencia se apodera del país.

Si algo bueno hay que rescatar dentro de los 36 meses de gestión del gobierno (2019-2024) sin duda sería la exitosa campaña de vacunación y respuesta de la población para enfrentar un virus, que nos mantiene aún temerosos de abandonar el uso de la mascarilla.                          La educación principal afectada en esta dramática situación, ahora suspendida por un paro indefinido al que además de educadores se han sumado diversos sectores, debe ser la meta a la que debemos avocarnos para salir adelante como país. En una entrevista televisiva a la directora del museo de historia, más que ser objeto de burla, debe más bien preocuparnos, pues si los que nos visitan creen que los tratados del Canal de Panamá se aprobaron en 1968 (y no en 1977) o si la Guerra de los Mil Días duró 2,000 significa que la llamada “estrella del gobierno” (la educación) no sólo nunca brilló, sino que jamás se encendió.

La demostrada incompetencia del gobierno, nos debe llevar a reflexionar sobre el futuro que nos espera si seguimos eligiendo a los mismos de siempre. Si queremos un cambio real, no podemos seguir eligiendo a quien te regale a cambio de tu voto algún obsequio, mientras celebran con nuestros impuestos. Pensemos hoy que el país nos necesita, que dejamos a nuestros herederos y qué podemos hacer para mejorarlo. ¡Vamos Panamá!