LA “IZQUIERDA” ´PANAMEÑA DEL SIGLO XXI
Por: Jorge Zúñiga Sánchez
Tengo un gran sentido de la tolerancia, que nunca me permitió “cerrarme a la banda” en la forma de forma actuar, ni en la manera de ver ni entender mi realidad. Con el paso de los años y a fuerza de los golpes, esa idea de consolidó, llevándome a comprender que soy tan frágil un huevo, y que mi realidad es tan dura como el concreto.
Sin que las digiriera, asimilé muchos conocimientos de aquellos debates universitarios, destacando el despliegue argumental de sus protagonistas, intentando desmeritar los fundamentos ideológicos del adversario. Algo me sugería manejarlos con cautela, pues muy pronto me tocaría librar una dura batalla por un espacio laboral como abogado en “la sociedad capitalista”.
Hoy creemos que ese ejercicio dialectico no ha perdido valor, y sigue presente en las encendidas tertulias de café, pero no creo que a esta altura de la vida los interlocutores abriguen la esperanza de fomentar en Panamá, la revolución socialista.
En algunas de las intervenciones que se dan en la Mesa del Diálogo, algunos sectores cuestionan con rudeza, las respuestas tardías políticas del Estado, mientras que los pocos buscan radicalizarse en público, al extremo de proponernos como la solución de todo nuestros males, recurrir a medios violentos para “poner de rodillas” al empresario nacional.
Vivimos en una sociedad clasista de “ricos y pobres”, y la Constitución no pretende eliminar tales diferencias sino que crea espacios democráticos de participación ciudadana, para que en lo posible los “unos u otros” diriman sus coyunturales diferencias. Así, que por eso vemos a los empresarios organizados en asociaciones o cámaras, y a los trabajadores en sindicatos o gremios, para la lucha y defensa de sus intereses.
Tampoco se puede ignorar que la crisis económica tiene a empresarios grandes y chicos al borde del “knotout”, y de “carambola” cada día aumenta el número de desempleados.
Resulta inevitable que en la Mesa no salga a relucir la confrontación natural entre “izquierdas contra derechas”, que dado su extremismo sólo profundizará la crisis, y en el evento de que alguien se considerara vencedor, tristemente no tendrá con quien celebrar su pírrico triunfo, pues entonces todo el país estaría gritando gritar….¡Sálvese quien pueda¡.
El empresariado tiene como norte “el lucro y las ganancias”, y no creo que la contrapartida sea poner más dinero en el bolsillo de las mayorías, y ya. Creo que para superar la crisis, la izquierda “consecuente”, debe comprometerse en dela Mesa salgan propuestas dirigidas a hacer más humano a los panameño (as).
El movimiento social no posee hoy alternativas realistas para reemplazar “por que sí” al empresariado. La posición más “revolucionaria” en siglo XXI, no está en llenar las paredes de graffitys “anti gringos”, ni en maldecir al capitalismo, sino colocar al hombre en el centro de sus propuestas, mirando siempre al futuro.
Se daría un salto cualitativo, si la Mesa consensuara a que la educación hiciera resurgir en los jóvenes, ese dormido deseo de grandeza nacional; que el acceso a las medicinas y a una salud de calidad, se tienen como condiciones indispensables para involucrar en la producción nacional, todo el recurso humano disponible. y erradicar la corrupción, porque sin reprobar el sueño por la riqueza y fortuna, inspiraríamos a que los jóvenes la obtenga solo con esfuerzo, dedicación y trabajo.
Nadie ha sugerido que resulta fácil armonizar los intereses de “los de arriba con los de abajo”. Las mentes que sopesan que como el empresariado no tiene fuerzas para reparar el daño que Varela y Martinelli les causaron y que las simpatías de Nito son bajas, entonces, es el momento oportuno para arreciar “su verbo, sus acciones y sus exigencias” extremistas, para voltear el país “patas p´arriba”, rreversibles…..¡no tendrán acogida en la Mesa, en las calles ni en las urnas¡.