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OPINIÓN

LA NECESIDAD DE ESTADOS CRÍTICOS, NO GENUFLEXOS Y SUS DESAFÍOS.      

Por Ramiro Guerra M.     
Abogado y cientista político.      
Noviembre de 2022.

Me llamó la atención que la nueva embajadora de los Estados Unidos en nuestro país, en conferencia de prensa, entre varios de los temas que abordó, señaló que hay coincidencia en ambos gobiernos, de trabajar juntos para contrarestar la ola de antidemocracia que se viene dando en la región.(palabras más o menos). 

¿Instrucciones o lineamientos de lo que debe ser la política exterior en la región? 
¿Se refería a Colombia, Brasil, Honduras, Venezuela, Nicaragua  y su viejo dolor de cabeza, Cuba, la libre, independiente y soberana? 

Lo más seguro es que aludía a procesos políticos y gobiernos, que se salen de la órbita de su influencia y tutelaje. He aquí el problema, los Estados Unidos, no tolera que país alguno de la región se aleje o resista a ser un estado en su capacidad soberana y libre limitada por el supra poder que  expone. 

Ningunos de los estados, talves Cuba, ha roto con el sistema de empresa privada    
(capitalismo). Un socialismo que no cruza esos límites, pero sí apunta hacia un estado  o estados  distribuidores de igualdades.                 

El mundo de hoy revela tendencias que dan  cuenta  del poder de una hegemonía de supra o super poderes económicos, que mediatizan el concepto de nación, soberania y autodeterminación y llevándolos  a una condición  de estado cooptado  y con ello parte de ese supra o super estado. 

El planeta viene dando cuenta de esa dinámica. Lo arriba señalado lo han venido advirtiendo destacados juristas y cientistas sociales. 

La embajadora mencionada maneja muy bien el discurso seductor del buen vecino y socio. Sin embargo su discurso evidencia, en esencia, el sesgo intervencionista, revelador de esa política, para los Estados Unidos, de que nadie puede osar salirse de la esfera de su influencia y tutelaje. La doctrina Monroe, talves menos grotesca y más fina pero siempre dominante.              

Lo afirmado arriba es comprobable; hechos y datos   dan cuenta de relaciones de desigualdad, sellada por la prepotencia que da ejercer un poder que no conoce ni distingue fronteras.      

Desafortunamente observamos a gobiernos que son complaciente con esa condición de estado relativizado y disminuido. Lo señalado, nos lleva a plantear que, la lucha contra esa tendencia de limitar nuestra soberania e independencia, cobra realidad y sentido.