¿Mesa del…DIÁLOGO?
Por: Raúl Camargo Mendoza
Para saber un poco más del autor, escriba en su navegador:
- https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1350448711002721
- https://www.teses.usp.br/teses/disponiveis/59/59135/tde-17042010-115247/publico/a.pdf
- Determinação de grandezas dosimétricas de interesse em mamografia usando detectores... (usp.br))
El presente brote de protestas, acompañadas de cierres de las calles y carreteras del país, sin duda es algo inédito, un hecho tal vez histórico. Desde mi punto de vista tiene un alto porcentaje de pureza en su concepción o génesis popular, y también un porcentaje de oportunismo, por parte de grupos, de orígenes político-partidarios, y sindicatos y gremios con aspiraciones políticas, han aprovechado la ocasión para ir “al abordaje”.
“Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”: Este viejo dictado popular explica magistralmente las causas de la actual rebelión popular en Panamá. El hartazgo de la población ante:
- Las conductas, actitudes, gastos, privilegios, salarios y decisiones, injustas, exageradas, muchas veces descaradas y absurdas, de las autoridades encargadas de gobernar al país.
- La voracidad exageradamente insaciable de un sector empresarial; especialmente del sector empresarial dedicado al negocio de las medicinas, la vivienda, los alimentos, y los combustibles.
Son las anteriores, siempre desde mi opinión, las causas primarias de los aciagos momentos que vivimos desde hace tres semanas.
La concepción e instauración de una “Mesa de diálogo”, tiene el visaje, la apariencia propia de un Estado que ha perdido su institucionalidad, tal vez pueda quedarle el mote de: Estado fallido. La figura de un mediador, en este caso La Iglesia Católica, es a todas luces una confesión de que existen apenas en el papel, las estructuras institucionales llamadas a cumplir esa función mediadora, específicamente me refiero al Órgano Legislativo. Órgano del estado panameño, que gobierno tras gobierno, se ha esmerado en aportar, con verdadero entusiasmo y dedicación, elementos que acrecentaron el hartazgo popular generador de esta crisis. Porque resulta demasiado cándido pensar que el actual problema se originó a partir del descorche de una botella de Mc Callan, o del valor de un galón de combustible, o de una lata de sardina en salsa de tomate, y ofenden e irritan aun más, quienes se esmeran en reducir el problema apenas a esas “últimas gotas” que colmaron y desbordaron el vaso de la paciencia, tolerancia y callosidad popular.
Volviendo LA MESA, de manera práctica puedo decir que la solución es complicadamente simple, y la expongo: Todo se resuelve de manera conveniente para todos los que queremos bien a Panamá si en la dichosa mesa, en vez de pedir cosas, se despojan de cosas. Y llamo “cosas” a elementos materiales y también ideológicos.
Me permito argumentar lo anterior:
- Si el sector gubernamental se despoja de privilegios absurdos, exagerados, onerosos para el erario e innecesarios; si además se despoja del cordón umbilical que mantiene con el sector empresarial, especialmente dedicado al negocio de medicinas, alimentos, combustible y viviendas, y se despoja de las herramientas, legales pero injustas, que mantienen el modelo político panameño, si se despojan de todo eso, TODO PANAMÁ GANA.
- Si los sindicatos y los gremios se despojan del discurso del “Cambio del modelo económico panameño”, si también se despojan de actitudes intransigentes y de la idea de que una negociación consiste en que la contraparte acepte, si o si, lo que el sector sindical plantea, y por último, si se llegan a despojar, los que dirigen a estos gremios y sindicatos, y esto es utópico, de la voracidad y hasta ferocidad, con la que se aferran a las estructuras que gobiernan estos sindicatos, TODO PANAMÁ GANA.
- Si el sector popular, espontáneamente popular se despoja de esa idea de que Papá Estado tiene la obligación de servirme la mesa, y darme las comodidades de las que disfruta el sector económicamente más privilegiado, despojarse del espíritu de pueblo mendigo, atado y dependiente de subsidios sin fecha de expiración, subsidios que insultan la capacidad creativa y creadora, que atrofian la capacidad laboral, y ofenden la dignidad de hombre o de mujer, si aceptan despojarse de eso también, TODO PANAMÁ GANA.
- Si el sector empresarial se despoja de los exagerados márgenes de ganancias, si consiguen comprender que hay que intentar y esforzarnos porque Panamá sea un país, y no una finca, si se despojan de su voracidad, sin dejar de obtener ganancias razonables, entonces TODO PANAMÁ Gana.
Lamento no haber podido sintetizar mucho más mi opinión sobre LA MESA, pero no quiero terminar estas reflexiones sin dejar de referirme al ya casi histórico “Incidente del plato de arroz con tuna”. Dicho acontecimiento tiene más de histriónico, y hasta de circense, que, de gesta provechosa, positiva, patriótica, o juiciosa. ¿Pongámonos a pensar que el gobierno decide “congelar o rebajar” el precio del jamón serrano, de una botella del famoso Mc Callan 180 años, del filete de res, de una Toyota Land Cruiser, o de un Lexus, o BMW, o de una vivienda en Costa del Este, serán estos ajustes en los precios los que podremos disfrutar los descamisados como yo?, o será que si de alguna manera se consigue mejorar el agro y aumentar la producción de alimentos, y por aumentar la oferta bajan los precios, y baja el valor de la libra de jarrete, o de ñame, del zapallo, da la Tuna, del arroz, del pollo, de todos estos manjares que degustamos los que contamos nuestra escuálida fortuna en reales y centavos (pero honestos, dignos, limpios) no es para nosotros más lo que más tocaría nuestro presupuesto?, o es que para que Panamá sea un país justo TODOS tenemos que brindar con Mc Callan, y viajar pilotando Lincolns Navegator?
Finalmente, fue una pena que los empingorotados representantes gubernamentales en LA MESA hayan tenido esos remilgos, si se hubieran animado, tal vez hubieran ampliado su horizonte degustador.