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OPINIÓN

 

MUJER...¡DAME DE BEBER!

 

“El otro sexo tiene mejillas rugosas, el cuerpo duro y la respiración fuerte. (…) No me cayeron encima, estaba sorprendida. No había sol, no me sentía en absoluto como en un sueño, sino más bien en una de esas mañanas que siguen a las noches de insomnio, todo te entra por los ojos y los oídos, pero te faltan las palabras.”

Annie Ernaux, La mujer helada.

 

La Universidad de Panamá (UP) desplegó la alfombra roja para celebrar el Día Internacional de la Mujer 2023. “Aportes de Mujeres Ganadoras del Concurso Ricardo Miró”.

La apuesta de este muy especial Foro de “Miércoles Universitario”, dedicado a la literatura hecha por mujeres en Panamá, ponía definitivamente la barra extremadamente alta. 12 premios en poesía, desde Stella Sierra en 1942, año de creación del Concurso. Giovanna Benedetti y Ela Urriola en 2 ocasiones; 13 en ensayo, 2 veces para Elsie Alvarado de Ricord y Dora Pérez de Zárate, Damaris Serrano ; 9 en novela, 3 veces Rosa María Britton; 10 en Cuento. Sección abierta por primera vez en 1950 ...2 veces Giovanna Benedetti y 14 premios para el Teatro. Categoría abierta por primera vez en 1952. Alondra Badano en 3 ocasiones y Rosa María Britton , Mireya Hernández, Isabel María Pérez de Burgos en 2 ocasiones, respectivamente. Algunas atravesaron las categorías con paso firme Moravia Ochoa, Consuelo Tomás, Ela Urriola, Giovanna Benedetti, Rosa Maria Britton, Alondra Badano

Aracelly de León, Directora de Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá, miembro de la Comisión Organizadora, entre otras distinguidas personalidades universitarias, tuvo a bien sentar en la mesa de honor a las doble y hasta triple ganadoras del Concurso a quienes Violeta Vilar lanzó varias preguntas. Giovanna Benedetti respondió, desde España, donde reside actualmente.

Retengo una : ¿ cómo les cambió la vida este premio ?

Apunta este escrito a dos líneas de tiro que tienen que ver con el peso de este Concurso en la vida de las propias ganadoras, en primer lugar. Finalmente, frente a un país dicharachero, en donde una palabra puede partirse, a como de lugar, sin ninguna consecuencia para nadie. En apariencia cortoplacista. No necesitados de palabras ..líquidas. Ya existen como semen....

Isabel María Pérez de Burgos, fue la primera en responder..

Para nada. Sigo siendo yo, antes y después. ( Volveremos sobre este “yo”)

A medida que las otras galardonadas respondían con mayor o mejor fuerza y vehemencia, flotaban en el aire cuestiones para nada fáciles de entender.

Y no es asunto de “lean...lean...lean” (Margarita Vásquez, de la Academia de la Lengua) O el propio Rector de la Universidad de Panamá, mostrando la evidencia del poderío de las mujeres en cuanto a cantidad de diplomas y efectivos de matrículas. De paso señalo que no hemos tenido ninguna mujer, Rectora de la UP

Entre esas imágenes que flotaban, pegadas a las respuestas que iban rodando retengo una . La palabra líquida y viva que se le pide a una mujer, también puede ser una respuesta de muerte. Exilio del ser...Entra aquí en juego la alta tecnicidad del trabajo a tiempo completo que es la literatura, para ocultar a ese hijo (palabra) salido de las entrañas. Muy poco, casi nada, le debe a academicismos. En una guerra abierta frente a un “enemigo” ..que a lo mejor ni es tal. No habla tu lengua...ni la entiende. Esa que tu “yo soy mujer “ construye día a día tallando palabras ( tus inumerables maridos ) ..Pero tiene ese “ otro” el tupé de pedirte agua de beber.!..No tiene ni cómo sacarla del pozo, en donde ambos coinciden. Está solo y no justamente de pie, como lo exigiría su majestad.¿ Con qué piensa pompear LA palabra justa, hermosa y bella ..verdadera?

“Dame de beber” palabras que suenen a vida, para un Panamá ensimismado en una zanja trasatlántica o en su nueva maquinita calculadora de $ enterrada en la explotación del cobre a cielo abierto. 

Escuchemos a Annie Ernaux. 83 años. Nóbel de literatura 2022. Safo, Mujeres filósofas de Panamá, le consagró un Foro/lectura ese mismo día.  

“Mi historia de chica está jalonada por palabras mágicas que me ayudaban a vivir. Toda una especie de moral práctica. No tanto la virginidad, ese pellejo mudo, desafortunado, nunca conseguí convencerme de su valor, como mucho una utilidad, una última ostentación, un argumento de mala fe para rehusar, no gracias soy Virgen.

Cuatro años durante los que tuve hambre – agrego sed – de todo, de encuentros, de palabras, de libros y de conocimientos. Ellas todas las mujeres de marido y niños, forman parte de un universo muerto.

No quiero esa vida que transcurre al ritmo de la compra y las comidas. ¿Por qué no ha venido conmigo al supermercado?

A principio el matrimonio no me pesó, al contrario. Increíblemente ligero. Pronunciar mi marido, escuchar mi mujer, raro, incongruente, evito la palabra marido y le digo a menudo “mi mujercito” porque hay en esa expresión mucho de hermano, mejor, de compañero.

Mi apellido, el que aprendí a escribir lentamente, quizá la primera palabra que mis padres me obligaron a escribir correctamente, el que hacía que yo fuera yo en todas partes, el que sufría cuando recibía un castigo, el que brillaba cuando me daban buenas notas, que aparecía escrito en las cartas de quienes amaba, se esfumó de golpe.”  

Una palabra /apellido, ¿tendrá tal fuerza de vida, capaz de calmar la sed del ser...Un conocer y hacer definitorios de una identidad que es mi yo?.. ¿ Hará de mí, un ser humano hibernado o helado , necesitado de una máscara para crear literatura...filosofía ?

Faltan más palabras…definitivamente…