PANAMÁ INMERSA EN LA TEORÍA DE LA VENTANA ROTA
Por: Cristina Torres Ubillús
Jurista/CientistaPolítica/Académica
La República de Panamá ha sido objeto de diversidad de cambios sustanciales sociales, políticos y económicos producto de diversidad de aspectos , situaciones a las cuales como sociedad no ha sido viable ser ajenos. Entre los mismos, es inminente relacionar
las situaciones indeterminadas producto la de COVID 19, y que de forma contundente ha traído con ella situaciones de país que han deteriorado la calidad de vida, economía, salud, el desarrollo integral, comercio y no es dable, que deje de mencionar el aspecto que es de marcada identificación, el deterioro del desarrollo de la educación de forma integral sin desatender, la seguridad presente y a futuro. Ante los aspectos expuestos y la importancia de las alertas sociales identificables en la conducta de los ciudadanos, de hechos de violencia en incremento, la carencia de empatía y de atención a las responsabilidades que implican, donde no existe un ápice de código de limites sociales, hasta en la comisión de un hecho, el cual puede degenerar e inclusive en ser delitos graves, ante la no atención de realidades y necesidad de sensatez dirigidas a la disminución de la erosión social innegable, las cuales son obligantes observar y atender. Comparto con preocupación la Teoría de la Ventana Rota aplicable a nuestro país, que se refiere a la no atención de cuando un conflicto no es atendido y que afecta de forma inminente el entorno, incrementándose y afectando la conducta de los seres humanos. La teoría en mención es producto de la investigación de científicos (1969 Phillip Zimbardo, 1982 James Q.Wilson y George L. Kelling). Ante el aspecto negativo derivado del entorno cabe mencionar el resultado a la inversa, que, ante la atención en positivo, de esa misma forma serán los resultados de las conductas e integración por el incremento del bienestar, donde se cuidan los logros de la gestión positiva y su mantenimiento de la cual todos los intervinientes se comprometen hasta de forma inconsciente el bienestar en común. La explicación de la teoría de forma simple como fenómeno conductual, se refiere y lo comparto como ejemplo:
“Si existe un edificio con unas cuantas ventanas rotas y las mismas no son reparadas, la conducta ante lo observado, es que las demás, corran la misma suerte hasta pasando más allá de la línea de cometer actos vandálicos a ser ocupante del inmueble afectado.
Podemos manifestar un ejemplo muy común en nuestro país e inclusive, igual que el ya compartido; en donde se lanza una bolsa de basura, es invitación directa a que se convierta en un pequeño vertedero de basura, conocido como pataconcito.
Estas conductas son aplicables a todo entorno y diario vivir de los ciudadanos, en las estructuras operativas funcionales, en el ámbito laboral de forma tal, que cada quien, deja de poseer interés en las responsabilidades que se poseen, ya que no es importante hacerlo bien, ni lo mejor posible de forma colaborativa y mucho menos, con sentido de pertenencia, produciéndose el deterioro inminente en donde el retorno y reingeniería de slogan, sin voluntad, conocimiento, responsabilidad, con existencia de ausentismo, de agotamiento e inclusive desgaste emocional (Síndrome de Burnout) y la desinformación, van cada día mermando la posibilidad del desarrollo de un país. Finalmente, y ante la realidad, reparamos las ventanas y le damos uso productivo al inmueble para que no se sigan dando los resultados inminentes del dejar pasar. A que nos estamos dirigiendo y que país vamos a poseer; existen soluciones y no se mantenga e inclusive se incrementen las ventanas rotas.