¿Que ata o impide al gobierno, dar un giro de timón en dirección a cambiar el rumbo de dirigir el país?
Por Ramiro Guerra M.
Abogado y cientista político.
En esta ocasión lo digo y escribo con hechos. En mi condición de abogado asesor legal de importantes organizaciones, puedo dar testimonio, que el movimiento sindical y otros sectores, no ven bien la forma como el presidente y su gobierno ejercen el poder. Sienten que el presidente está distante de ellos; lo ven como un aliado del poder económico. No es de extrañar, cuando fue el anterior CEN del PRD y en particular quién fungió como secretario general, que dijo, al partido se le ha mantenido lejos del ejercicio del poder. Recién dijo, que el gobierno era una especie de caricatura del torrijismo. Si me preguntaran cual es la base o alianza social, que sirve de sustentacion al gobierno, responderia, que no la tiene. Lo anterior constituye un grave deficits, lo que deja la impresión, que estamos frente a un aparato, que sin que medie un acuerdo formal, sirve a los intereses de los grupos de poder económico y hegemónico. Su falta de voluntad política, lo lleva a asumir políticas de claro signo leseferista, a fin de no desairar a estos grupos y al capital financiero y sus agencias como el FMI, esta última que ha sido muy generoso con el gobierno de Laurentino Cortizo.
Un cambio de rumbo, ineludiblemente, pasa por prescindir del equipo que está al frente del ministerio de economía y finanzas. Cuadros neoliberales formado en la escuela y el pensamiento de la escuela de Chicago, extremadamente monetaristas. Lo anterior, coloca al actual gobierno, como una especie de rehén da factores de poder , lo que impide que el gobierno se desplaze hacia posiciones de centro social democrático. Este significaría un cambio total de su equipo ministerial. Se trata de una salida que no la veo venir y no creo que el presidente lo vea como algo necesario, muy a pesar que la crisis por la estamos pasando, demanda un giro importante en la gestión y direccion de ejercer el poder, lo que ineludiblemente pasa por edificar o tender puentes a los sectores democráticos y populares, única manera de hacerse de un estado y una gobernabilid ad que apueste al equilibrio social, en un escenario de democracia participativa y en ella de gestión de los temas públicos, que son de curso obligatorio, de tal suerte que no se cargue sobre los hombros del pueblo y los trabajadores, los costos de la crisis que atravezamos.