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OPINIÓN

¿QUÉ ES MEJOR COMPRAR O ALQUILAR?


 

Toda persona en edad productiva se enfrenta al dilema de decidir entre comprar una propiedad residencial, ya sea de primer o segundo mercado, u optar por buscar el alquiler de un apartamento o casa que se adecué a sus necesidades. Me atrevo a decir que es una de las dudas más recurrentes de las familias panameñas al momento de iniciar un proyecto matrimonial o empezar un trabajo. Es un cuestionamiento que puede generar dolores de cabeza, si no se tiene claro que es lo que se busca y contrastar las ventajas de cada una. Como la realidad material de cada consumidor es variable me gustaría esbozar algunos elementos que todo interesado en conseguir una propiedad debe apreciar para tomar una decisión:

  1. Capacidad de pago: Tal vez es la causal más sustancial al momento de decidir, ya que dependerá de múltiples factores como ingreso mensual, trabajo formal o independiente, historial y perfil crediticio. Dependiendo de tus activos totales o si cuentas con perfil para asumir créditos, la compra de un inmueble sería una opción que explorar, de lo contrario puedes seleccionar buscar un alquiler.
  2. Flexibilidad: Los requisitos formales para iniciar un ciclo de venta son más rígidos, oficiales y estrictos cuando se trata de adquirir una propiedad, especialmente con las promotoras: Estabilidad laboral arriba de dos años, carta de trabajo, talonario, historial crediticio, ser elegible para seguro de vida. Dichos requisitos pueden ser un limitante para adquirir la casa o apartamento anhelado, más si te encuentras trabajando en un estado de informalidad.

Los arrendamientos residenciales son más flexibles, ya que no tienen niveles altos de requerimientos. No obstante, no significa que el arrendador/propietario del inmueble no exigirá documentación alguna, ya que un elemento significativo es la confianza que le puede generar el arrendatario en poder cumplir con el contrato; por ende, prepárate con recopilar papeles como: Referencia bancaria, carta de trabajo o estado de cuenta de ahorros; así como un adelanto del canon de alquiler.

  1. Titularidad: Algo que todo el mundo sabe, pero en el universo inmobiliario, legal y comercial, nada hay que dejar por sentado. Al comprar, adquieres un bien la cual, puedes ejercer tu derecho de propiedad (su uso, goce y disfrute), mientras el arrendamiento, el bien objeto del alquiler, jamás será tuyo, sino del arrendador/propietario. Tal vez el tema de la titularidad para ciertas personas no es algo que los motive a comprar, ya que su interés puede ser otro; ejemplo: busca un apartamento cerca de mi lugar de trabajo. En ese caso, a todas luces lo ideal sería un alquiler.
  2. Inversión: Este punto es atractivo para algunas personas que ven en el sector inmobiliario, una actividad económica, más allá del tema familiar. Comprar una propiedad, puede ser objeto de una inversión, ya que los bienes inmobiliarios tienen una tendencia a aumentar su valor con el tiempo, lo que te permite someter dicha propiedad a un alquiler, generar ingresos pasivos, con una buena tasa de retorno (ROI) a largo plazo.

En este aspecto, alquilar no sería útil para una inversión, salvo que tengas otros proyectos que no son el establecimiento de un ingreso pasivo. Ejemplo: Quiero crédito para adquirir un vehículo, un préstamo para viajar y pagar una especialización. En ese supuesto lo ideal sería buscar un alquiler y no cargarse con una hipoteca de más de dos décadas.

Espero que, con estos elementos, puedas tener un panorama más claro, de cuál opción te conviene, en la búsqueda de un hogar, que se adecué a tus proyectos temporales o de vida. No olvides, que lo ideal es siempre asesorarte con un corredor de Bienes Raíces, que aportará todos sus conocimientos y experiencia para materializar tus intereses.

 

Ismael Javier González.

Corredor de Bienes Raíces

Profesional del Derecho