Dolores intensos que se contagian y moldean el espíritu de un individuo. Narrativa corta
Por Ramiro Guerra M.
Abogado, escritor y cientista político.
Doña Delfina Guerra Acosta,mami, asi llamabámos a la abuela, madre de mi progenitora, Esther Maria Morales.
Delfina, tuvo 16 hijos. Algunos muerieron tragicamente y días, donde una madre debería estar su dia y no la brutal noticia de que un hijo pasó a otra o mejor día.
O ver partir a una hija, para nunca volver a verla.
Delfina deja su pueblo natal y atrás deja varios de sus hijos bajo la tutela de mi abuelo. Fue la mujer de ese abuelo próspero y salió sin nada a cuesta
Nunca la vi sonreir. Su rostro adusto( duro) no fue porque nació así. Sino la vida le templó el carácter.
Hijos y hijas que fallecieron lejos de ella y no pudo asistir a sus sepelios. No porque no quería. Eran tiempo difíciles.
Sus lágrimas no brotaban de los ojos, pero siempre me dije, mami tiene un corazón que nunca ha dejado de llorar.
Esa era mi abuela Mami. Doña Delfina Guerra Acosta.
arlo.