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OPINIÓN

El microcosmos de un abogado litigante

Por: Joao Quiróz Govea

 

En el año 2002, comencé a trabajar como amanuense, de la mano del mejor abogado que conozco, Javier Alexis Quiróz Murillo (que además es mi padre) entre mis tareas estaba pasar en limpio los memoriales de la oficina y visitar despachos judiciales. La fiscal Tania Sterling, cada vez que me ve, recuerda que eso de ir a la Fiscalía en uniforme del colegio, no era algo muy ortodoxo, pero eso nunca fue limitante para que me dejara leer los expedientes penales, aunque sí rememoro un incidente alguna vez, en Plaza Dragón por la entrada del Crisol, en aquel tiempo quedaban allí los Juzgados de San Miguelito, un secretario judicial se negó a dejarme leer un expediente, aun estando autorizado para ello, argumentando que yo era menor de edad. 

A mis quince años, aprendí a amar el Derecho, de la manera más inocente, y claro que aquella cierta independencia económica que da la remuneración por el trabajo (claro que mi Papá me daba una paga proporcional, pero significativa a mi edad y para aquella época) fue un gran incentivo para aprender a ganarme la vida honradamente. 

En el 2005 entré a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá, donde grandes maestros como Julio Souza Lennox (Q.E.P.D), Claudio Timpson, Aura Guerra de Villalaz (Q.E.P.D), Manuel García Almengor, Guillermo Cochez, Hernando Franco Muñoz, Belquis Saez, entre otros, aprendimos generalidades de la teoría del derecho, así como interesantes lecciones de práctica forense que complementaron el trabajo que como pasante, ya venía haciendo. 

El 26 de julio de 2011 obtuve mi idoneidad para el ejercicio de la abogacía, es decir, que ya para este año acumulamos 13 años de ejercicio formal del derecho. Para mí, y con mucho orgullo lo digo, el 24 de julio es como un segundo cumpleaños, además de ser una fecha cercana al 9 de agosto, día en que se conmemora el Día del Abogado en Panamá, que además es el día de cumpleaños de la mejor abogada que conozco: Frida Govea (que además es mi madre, Mamá si estas leyendo esto, Feliz cumpleaños!)

Entre los años 2013 y 2014 tuve la dicha de estudiar una especialización en Derecho Ambiental en la Universidade Federal do Rio Grande do Sul, allá en Brasil conocí el Derecho visto de otra perspectiva, no solo la importancia de tener regulaciones legales, sino el hecho de hacerlas cumplir, y no del cumplimiento como una obligación impuesta por la autoridad, sino que la propia sociedad se involucra en el cumplimiento del derecho; cuestiones tan simples como la separación de desechos o no tirar basura en las calles, son normas que los brasileros y muy especialmente los gauchos (de la región sur del Brasil) se toman con mucha importancia; fuera de lo anecdótico del día a día, recordamos con mucha nostalgia aquellas clases en portugués de la estricta normativa ambiental brasilera, es de destacar la labor de mi mentor y director del trabajo final de estudio el profesor Eduardo Coral Viegas, quien tuvo mucha paciencia en el proceso, que aunque mi portugués no era malo, obviamente al no ser mi lengua nativa, siempre se dan limitaciones, ello no fue obstáculo para presentar satisfactoriamente dicho trabajo.

Como litigante, que es a lo que me he dedicado desde que obtuve mi idoneidad, he ejercido el Derecho Penal, fue memorable conseguír la libertad de un hombre acusado de homicidio que pasó 5 años detenido preventivamente por defenderse en una pelea en donde llevaba clara desventaja (contra otros tres tipos), del ejercicio del Derecho Civil he podido garantizarle la propiedad de tierras y viviendas a personas, del Derecho de Familia, quizá mi rama de ejercicio preferida, he logrado darle seguridad jurídica a padres responsables para obtener la custodia de sus hijos o lograr un régimen de comunicación y visita. No todo es perfecto, y quien trabaja en algún momento comete desaciertos, pero esta es la pequeña parte de la historia que nos ha tocado construir como profesional del Derecho.

En este día del abogado, quise evitar hacer un tratado sobre el yo-yo, pero esta es la historia que conozco, y la cuento con la intención transmitir un mensaje: que detrás de cada profesional del derecho hay un ser humano, hay una historia de logros y desafíos, estos desafíos usualmente son resolver los problemas de otras personas, por ello mi recomendación cuando Usted requiera un abogado es que le tenga consideración y respeto, y sobre todo téngale sus honorarios al día, que si bien el dinero no lo es todo, es la representación más tangible de hacerle justicia al que trata de buscar justicia para Usted.