ES UN HECHO PÚBLICO Y NOTORIO QUE LA EMBAJADORA USA EN PANAMÁ: MARIA CARMEN APONTE, COMO TAL, HA ESTADO METIENDO SUS MANOS EN LA MASA DE PROBLEMAS DEL PAÍS Y LOS PANAMEÑOS.
Por Ramiro Guerra M.
Abogado y cientista político.
Agosto de 2023.
En la década de los sesenta del siglo pasado se rumoraba en torno a un posible asalto al estado por la fuerza pública pero, poco se hizo para conjurar el golpe. Todo lo contrario, la crisis tocó fondo.
Los golpistas en una primera fase se fueron contra el movimiento popular. La represión cobró la vida de patriotas y luchadores sociales. Sin embargo, las luchas sociales y nacionalistas trascendieron al interior de los golpistas al punto que, en el mismo, se dieron contradicciones sobre el rumbo a seguir.
Los golpista de derecha y anticomunistas fueron relegados y purgados de la institución. Fue un momento de inflexión y otra historia se comenzó a escribir.
Uno de los primeros actos de los miltares vencedores fue el rechazo de los proyecto de tratados 'tres en uno' negociado por la oligarquía y donde se entendía el status de país intervenido por 100 años a partir de la firma de los mismos.
La historia y las contradicciones sociales y de otra índole trabajan como el topo. Me pregunto: ¿Esa grosera intervención de la sra. Aponte hacia dónde apunta? ¿Por qué tanto interés en la política interna de nuestro país?
Es un hecho que la embajadora tiene la manos en todos lados. No hay espacio institucional donde no se haya metido (o por lo menos lo haya intentado), ni representantes de los mismos, con quienes no se haya reunido.
Hay un plan que sólo ella y su gobierno conocen.
En este escenario me pregunto: ¿Qué tipo de fuerza pública se ha estado creando con la tutoría de los Estados Unidos. ¿Por qué tantos millones invertidos en publicidad de lo que hace la fuerza pública? ¿Son solo meras informaciones a la ciudadanía o con ello, ganar empatía para qué? Algo no me cuadra en el análisis.
Tengo para mi que de tocar fondo otra vez la conducción de la oligarquía, la cuestión institucional agotada, la corrupción entronizada, el tema del narcotráfico, entre otros problemas, se abrirán los portones para desenlaces no necesariamente democráticos.
Además hay un escenario mundial que, en nuestra región, pivotea ese tipo de salidas políticas.
A los analistas les impreco que escuchen bien cuando la embajadora habla. Hay un contenido en sus intervenciones que, aunque no se escuche ni se vea, revela una intencionalidad. Jugar a la ingenuidad puede ser fatal. Estamos a tiempo de sacar el demonio del cuerpo de la nación. ¡Más nada que decir!