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OPINIÓN

 

Expectativa y realidad.  

Lic. Abel Vergara López - Abogado.

Ciudad de Panamá, domingo 7 de julio de 2024.

 

A pocos días de haber iniciado una nueva administración gubernamental, contrastan las inmensas expectativas de los discursos esperanzadores de las autoridades con la realidad de las designaciones en algunos cargos. Un claro ejemplo ocurre en el Órgano Legislativo, donde los partidos políticos tradicionales han retomado el control de la Asamblea y envían un mensaje a la población y a sus colegas, ya que los nuevos diputados deberán contar con el apoyo de sus electores para las iniciativas que sean discutidas con el necesario consenso de las distintas bancadas (partidos políticos) para su aprobación.     

Cómo entender la antigua práctica de designar a candidatos derrotados en las urnas para cargos como la Gobernación de una provincia; es un mal presagio para quienes depositaron su voto de confianza en el Órgano Ejecutivo. Cómo explicarse que en la nueva directiva del Órgano Legislativo, han sido designados exintegrantes de la pasada administración y que contrasta con el discurso de la recién electa presidenta, quien también formó parte de dicha administración, que manifiesta eliminará los nombramientos de las conocidas << botellas>> y hemos sido testigos de la aparición de una multitud de personas nombradas que ahora deambulan por los pasillos al no contar con un espacio físico dentro del hemiciclo legislativo.

El Procurador ha destituido a fiscales de renombrados casos de corrupción en contra de los allegados a la actual administración gubernamental y contrasta con la alta expectativa de la población de investigar conductas delictivas contra quienes solicitan se otorgue libertad a su líder sentenciado a cumplir condena de prisión, amparado en una sede diplomática. El temor se ha apoderado de las autoridades judiciales quienes evitarán pronunciarse en contra de quienes deban ser investigados. Así como debe evitar utilizarse para persecución de adversarios políticos las entidades administrativas o judiciales, la realidad imperante es que hasta que sean designados un nuevo Contralor (que realmente haga su trabajo) y nuevos Procuradores, prevalecerá la desconfianza en las autoridades de investigación.

Si bien es cierto, es una tradición otorgar al gobierno que inicia la llamada <<luna de miel>> dentro de los primeros tres meses (100 días) luego de tomar posesión, es oportuno destacar que la realidad contrasta con las altas expectativas que la población tiene en sus autoridades. Un claro ejemplo, el Alcalde de la ciudad capital, quien no ha esperado mucho para demostrar con hechos, que se puede trabajar bien desde el inicio y ha destituido cerca de 200 personas de la planilla municipal, que no tenían una función específica asignada.

La realidad de las juntas comunales en varios corregimientos, en las que se han encontrado desde la falta de información hasta deplorables condiciones de sus instalaciones, debe ser motivo suficiente para recurrir ante las entidades correspondientes y presentar denuncias que lleven a rendir cuentas a los responsables. No es posible que cada cinco años las nuevas autoridades tengan que encontrarse con una realidad deprimente, que impacta con las altas expectativas de su población.  

Cómo no destacar la gran expectativa que causó nuestra selección nacional masculina de fútbol en la Copa América, que contrasta con nuestra realidad deportiva. Sin contar con los recursos de otras selecciones regionales, nos encontramos entre los ocho mejores equipos del área y haber llegado donde los equipos favoritos de la CONCACAF y el propio país sede, no pudieron. Se acercan también los Juegos Olímpicos en pocos días donde los participantes se preparan para obtener el éxito en nombre de su país. Esperamos las nuevas autoridades cumplan con su misión y les brinden el apoyo necesario a nuestros deportistas.

Seguimos confiados que las autoridades puedan cumplir con sus promesas electorales las que contrastan con una realidad muy distinta para que llegue muy pronto el <<chen chen>> que tanto espera y necesita la población. ¡Vamos Panamá!