LOS ADALIDES DEL DISCURSO CONTRA LA CORRUPCIÓN.
Por Ramiro Guerra M.
Abogado , escritor y cientista político.
Gonzalo Silva, un polítolo colombiano, de formación gransciana, en su libro sobre el pensamiento y acción neoliberal, señalaba, que éste elevó el Cinismo político, como una manera natural y aceptable de pensar, hablar y actuar.
En pocas palabras, admitir como lo hacen los políticos, que son corruptos y ¿qué? .
Es una manera de despreciar al pueblo y le resbala lo que éste piense sobre como se ha conducido en su vida y la ejecutoria en la política.
El cinismo está muy emparentado con el oportunismo.
No solamente los políticos, también observo a muchos presentarse como adalides en la lucha contra la corrupción y trabajaron en diversos gobiernos y solo iban en la quincena a cobrar. ¿Esto qué es?
El chivo expiatorio de tal proceder, Ricardo Martinelli. No se trata de exculpar cargos a este señor, pero algunos que lo atacan ferozmente, también sirvieron a otros gobiernos y presidentes que se les tiene como bandido. Pero con relación a estos no dicen nada. Hay uno que igual , esta sindicado en caso de corrupción en grande. Otro funcionario se gastó 500 millones en mejoras de acera en Calidonia. Me he preguntado ¿por qué tanto dinero?.
Son gente que tiran la piedra al techo de su vecino, pero no parecieran darse cuenta que también tienen techo de vidrio.
Esto de la corrupción se infiltró por todos lados de la sociedad. ¿ acaso no es cierto, qué dónde hay o hubo un corrupto, también hay un corruptor?.
Aquí la sacudida del saco de la corrupción debe ser fuerte. Que salgan todas las cucarachas, ratas y comejenes, entre ellos los cínicos que hicieron parte, bebieron y comieron de esas mieles de la perversidad y maleantería.
Los cínicos de la cual escribo, como les gusta hablar de la brusca que tiene el otro en el ojo y no se dan cuenta que en el suyo tienen una enorme espiga
En esta coyuntura electoral, al cínico uno los observa en variadas toldas partidarias, defendiendo candidaturas y posiciones, que de igual arrastran cadena de maleantería y maldad.
Como escribió José Ingienieros, también estamos frente a la necesidad de una revolución moral.