NO MÁS CONTAMINACIÓN.
ABRIR, LIMPIAR Y CERRAR.
ELLOS NO. NOSOTROS SÍ.
Por. Silvio Guerra Morales
El tema de la minería ha vuelto a cobrar singular importancia en la psiquis del pueblo panameño. Ello obedece a los matraqueos que realizan los más conspicuos dueños y representantes de Minera Panamá y sus empresas anexas frente al nuevo gobierno.
Ellos apuestan a que, con el nuevo gobierno, podrán establecer los puentes o las vías necesarias, valiéndose de cualquier argumento, para reabrir la mina mina que, como ya se sabe, el pueblo panameño rechazó de manera tajante y categórica. Ha dicho no y mil veces no a la explotación minera en Panamá. La propia Corte suprema de modo tajante y categórico sentenció la inconstitucionalidad de la nefasta Ley 406 de 20 de octubre de 2023 y, toda vez que encontró, en su contenido, no menos de 25 disposiciones constitucionales que se infringían con dicho contrato ley.
Mulino, en campaña, fue claro en sostener que el tema de la minera era un caso cerrado y, ahora, cuestión de pocos días, Mulino volvió a indicar que se trataba de ir pensando en un “abrir para cerrar”. Lo que no se tiene bien claro es si ese “abrir para cerrar” en la inteligencia del Presidente electo, traduce “no más minera”, lo cul creo que es así en base a los planteamientos que sobre este asunto ha proclamado el Presidente Mulino. Pero, faltará ver, si ese “abrir para cerrar”, en la inteligencia de los altos personeros de la minera, habrá de significar lo mismo que piensa el Presidente Mulino o, al contrario, implica o traduce una manera para que la minera ingrese y pasen los años y así sigan pasando y la minera continúe allí extrayendo cobre, oro, molibdeno, plata y otros minerales, a diestra y a siniestra y todo siga como que aquí nada ha acontecido. Ese “Abrir para luego cerrar” jamás podrá significar semejante cosa, por lo que no podemos permitirnos que, al final de cuentas, el “abrir para cerrar” traduzca o implique la forma disimulada, para la minera, en que vuelven a tomar la riendas de nuestros recursos minerales. La explicación, como ayer, continúe.
El Presidente Mulino debe ser muy cauteloso y, en ese orden de ideas, ser categórico con el pueblo panameño para expresarle a la nación que “el abrir para cerrar” habrá de ser una tarea, única y exclusivamente, a cargo del gobierno panameño. Y definitiva y sin defecto de que se adopten políticas de que las riquezas naturales nacionales son del país y de nadie más.
El nuevo Gobierno Nacional, en la tarea de “abrir para cerrar” tiene que ser el único custodio y administrador de la mina. Por ello, debemos tener bien claro qué es lo que se busca o persigue y que, a mi juicio, es que haya o exista una forma de usar todo lo que haya quedado en la minera de Donoso (Se habla demás de 500 mil toneladas de material ya extraído y molido para extracción de minerales), de modo que siempre los réditos sean a favor de la República de Panamá y, en consecuencia, del pueblo panameño. Pero lo que no puede ser posible es que sea la misma minera la que se encargue, luego de la expoliación y atraco hecho a la nación y al pueblo panameño, de supuestamente limpiar pero que, en el fondo, su idea es seguir explotando la mina. Debemos de tener claro que el fallo de inconstitucionalidad no solo traduce que un contrato ley salió del universo jurídico panameño, sino que también ninguna relación tiene ya la empresa minera para con nuestra nación. Todo intento de seguir allí, por parte de la minera, es ilegal.
En ese orden de ideas, resulta que el actual Ministro de Comercio industrias –MICI- no ha sido lo más categórico ni consistente, ante la minera, y menos para con el pueblo panameño. Al contrario, la forma en que se ha conducido traduce una actitud de pañuelos tibios, ni frío ni caliente, ante el consorcio minero. Es decir, demasiada coquetería y pocas decisiones a favor de nuestro país, por no decir que ninguna. Insisto, necesitamos que el Gobierno empiece diálogos con una o más empresas que puedan brindar este servicio de limpiar sin contaminar ya que, es nuestro conocimiento, que la alta toxicidad producida con la explotación minera a cielos abiertos, va a dejando residuos y desechos que bien pueden ser eliminados o suprimidos utilizando a su vez procedimientos ecológicos y no productos químicos que son, igualmente, tóxicos para la salud y para la naturaleza.
La República de Panamá tiene que ir pensando en ello. Se habla de que el costo de limpieza circa los 20 millones. No señores. Me atrevería a asegurar, y pido perdón si me equivoco, pero hay algo en esa minera, allá dentro, que debe y puede producir muchos millones y millones de dólares, y que el interés de la minera, altamente sospechoso, en entrar a la mina, traduce que hay otro interés superior, muy superior (Oro, cobre y plata), de modo que no nos vengan con el pueril cuento de que ellos son los que deben y tienen que encargarse de la limpieza de las áreas dañadas por ellos mismos.
En otro orden de ideas, si se “abre para cerrar”, quede claro que requerimos de la experticia necesaria de una empresa que pueda dedicarse y garantizar el saneamiento de minas (que las hay) y sin que ello implique contaminación alguna y aprovechar los residuos propios de la extracción minera, de manera que podamos extraer de ellos los beneficios económicos que redunden a favor del Estado panameño y que reviertan a la nación y a toda su población, con especial énfasis para las grandes mayorías nacionales.
La limpieza sin contaminación se impone y debe traducir el ideario del pueblo panameño en que la mina de Donoso, también Petaquilla Gold, y otras mineras, sean descontaminadas bajo la política legislativa del Estado panameño de no más concesión ni extracción de minerales en el territorio de la República de Panamá. Pero que nadie, por parte de ninguna minera, ahora, lejos de la buena interpretación del Presidente Mulino: Se abre, se limpia, se descontamina y se cierra de modo inobjetable y definitivo, ahora nos vengan con el cuento de que “entrar, abrir y cerrar”, para ellos signifique “entrar, abrir y quedarse”. ¡Dios benifga a la Patria!.