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OPINIÓN

Tragico sería que el tribunal electoral, quedara enredada en las patas de la lucha de una partidocracia, inservible para construir democracia y un buen estado de derecho.

 

Por Ramiro Guerra Morales.

Jurista, escritor y cientista político.

 

Observo el panorama electoral , inmerso en una grave crisis que tiene al país en zozobra y llego a la conclusión que esa campaña dirigida a mermar la legitimidad del tribunal electoral, procura objetivos negativos dirigido a generar un ambiente de falta de credibilidad de esa institución y todo para vender la idea, de quién gane las elecciones, medió fraude.

 

Soy directo y claro, hay intereses que juegan a patear la mesa de lo poco que nos queda de democracia , para generar un clima de falta de gobernanza y con ello abanicar salidas peor de lo que hasta ahora tenemos como democracia, cierto debilitada y hay que accionar para mejorarla y perfeccionarla.     

 

La idea de convertir a la Corte Suprema de justicia, en un ente deliberador electoral, tiene como autores , sectores que a como de lugar, buscan colocar en la presidencia a uno de los suyos.¿ A quien le conviene sacar del baile electoral, al alfil del Martinelli? Seguramente a las élites del poder económico, a la oligarquía, que verían en esa decisión de la Corte Suprema, un impulso a de Romulo Roux, su hombre y el de los gringos.

 

Ahora bien , se trata de un juego de cartas politicas que en nada favorece al pueblo y a la debil democracia. El candidato José Raul Molino, se le tiene como un hombre en exceso autoritario y eso genera muchas preocupaciones. Eso nos recuerda a Escila y Caribdis, los monstruos que acosaron a Aquiles en su travesia por un estrecho o canal en aguas marinas. Es decir el pueblo entre dos monstruos.

 

La acumulacion de contradicciones post imvasión, nos han colocado en una situación crítica, en el sentido que estamos frente a un posible escenario de franca antidemocracia.

 

La coyuntura electoral, viene dando cuenta de que los intereses en pugnas, sus proyectos, no auguran nada positivo.

 

En este escenario, posibilidad de revertir lo que se viene cocinando como proyecto de país, nada bueno, tambien pone en tapete electoral, un proyecto, que jalone un concepto de democracia pluralista, de equilibrio, de ciudadania participativa y respeto a los derechos humanos .

 

En este escenario, no tengo la menor duda que el lic. Martin Torrijos pudiera hacer la diferencia.

 

Amanecerá y veremos.